Cuando una mujer embarazada consume alcohol, algo de ese alcohol pasa fácilmente a través de la placenta al feto. El cuerpo de un feto en desarrollo no procesa el alcohol de la misma manera que un adulto. El alcohol se concentra más en el feto, lo que puede hacer que no llegue suficiente nutrición ni oxígeno a sus órganos vitales.
El daño puede producirse en cualquier etapa de la gestación y da lugar a lesiones permanentes para las cuales no existe cura. Los efectos producidos sobre el embrión o el feto en desarrollo por el consumo de alcohol, se conocen bajo la denominación genérica de Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF).
Para describir los TEAF se usan diferentes términos dependiendo del tipo de síntoma. Lo cierto es que la descripción del nombre es lo menos importante, la realidad que nos debe preocupar es la discapacidad que ve la luz por la exposición al alcohol en el útero de la madre.
El alcohol en el útero provoca cambios estructurales en el desarrollo y la creación de las células cerebrales; con una amplia escala que va de leves a graves. Los síntomas son diversos: problemas físicos, mentales, de conducta y/o de aprendizaje.
Tipos de TEAF:
– Síndrome de alcoholismo fetal (SAF)
– Síndrome alcohólico fetal parcial
– Defectos de nacimiento relacionados con el alcohol
– Trastorno del neurodesarrollo relacionado con el alcohol
– Trastorno neuroconductual asociado con la exposición prenatal al alcohol
En Play and Train creemos que la práctica de actividad física tiene numerosos beneficios para niños y niñas con TEAF. El deporte les ayuda a:
– Crear hábitos saludables.
– Crear una rutina deportiva que se extrapola en su día a día.
– Aprender las reglas de juego, que les ayuda a aprender las reglas sociales.
– Mejorar su conducta social y relacional.
El día 9 de septiembre se celebrará en el Tibidabo el Día Mundial por la Prevención del SAF. ¡Os animamos a todos a participar!
Toda la información a SAF Group.
