Numerosos estudios han demostrado que la práctica regular de actividad física no solo mejora la salud física, sino que también tiene un impacto profundo en el cerebro y el bienestar emocional, beneficiando tanto a personas con como sin discapacidad.
La actividad física estimula el crecimiento de nuevas células cerebrales y fortalece las conexiones neuronales, especialmente en áreas del cerebro asociadas a la memoria y la función ejecutiva. Un estudio de Erickson et al. (2011)mostró que el ejercicio aeróbico regular aumenta el volumen del hipocampo en adultos mayores, mejorando la memoria y protegiendo contra el deterioro cognitivo relacionado con la edad.
En el caso de personas con discapacidad, los beneficios son igualmente notables. Investigaciones como la de Verschuren et al. (2007) destacan que el ejercicio no solo mejora la fuerza y la resistencia en niños y adolescentes con parálisis cerebral, sino que también incrementa su capacidad de atención y su bienestar emocional. Además, estudios específicos, como el de Etnier et al. (2009), han encontrado que la actividad física favorece funciones ejecutivas como la planificación y el control de impulsos en personas con síndrome de Down, contribuyendo así a su desarrollo cognitivo.
Al promover el acceso inclusivo al deporte, en Play and Train buscamos potenciar estos beneficios y facilitar que todas las personas, sin importar sus capacidades, puedan experimentar los efectos positivos de la actividad física en su salud mental, emocional y cognitiva.
La inclusión del deporte en la rutina diaria no solo promueve la salud física, sino que también es una herramienta poderosa para mejorar el bienestar mental y la función cognitiva en personas de todas las edades.
Erickson, K. I., et al. (2011): En el estudio «Exercise training increases size of hippocampus and improves memory», publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, los investigadores observaron que el ejercicio aeróbico tiene un impacto significativo en el tamaño del hipocampo, una región del cerebro clave para la memoria y el aprendizaje. La investigación se realizó en adultos mayores que participaron en un programa de ejercicio regular, lo que resultó en un aumento del volumen del hipocampo y mejoras en la memoria espacial. Este estudio destaca cómo la actividad física puede actuar como una medida protectora contra el deterioro cognitivo relacionado con la edad.
Ratey, J. J., & Loehr, J. E. (2011): En el libro «Spark: The Revolutionary New Science of Exercise and the Brain», los autores recopilan estudios que demuestran los efectos positivos del ejercicio sobre la salud cerebral y mental. Uno de los aspectos claves que abordan es cómo el ejercicio estimula la producción de neuroquímicos como el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), que ayuda en el crecimiento de nuevas células cerebrales y mejora las conexiones neuronales. Este libro es una referencia importante para comprender cómo la actividad física beneficia tanto la función cognitiva como el bienestar emocional.
Sala, G., Gobet, F., Trinchero, R., & Ventura, S. (2017): En el artículo «Cognitive and academic benefits of physical activity in children and adolescents: A systematic review and meta-analysis», publicado en Educational Research Review, se revisaron estudios sobre el impacto del ejercicio en jóvenes, incluyendo aquellos con discapacidades del desarrollo. Concluyeron que la actividad física tiene un efecto positivo en funciones ejecutivas y habilidades académicas, beneficiando también a quienes tienen discapacidades del desarrollo y dificultades de aprendizaje.
Etnier, J. L., et al. (2009): En el estudio «Physical activity and executive function in individuals with Down syndrome», publicado en Research in Developmental Disabilities, los investigadores exploraron cómo el ejercicio físico mejora la función ejecutiva en personas con síndrome de Down. Hallaron que el ejercicio regular se asocia con una mejora en la planificación, la memoria de trabajo y el control de impulsos en esta población.